Cómo conseguir un acabado mate o satinado en piezas 3D

La impresión 3D, aunque increíblemente versátil, a menudo deja las piezas con un acabado que no es estéticamente ideal para todas las aplicaciones. Los niveles de capa visibles y la textura superficial pueden requerir un postprocesado para alcanzar la apariencia deseada. Es aquí donde entran en juego técnicas que transforman una pieza funcional en algo visualmente atractivo y profesional.

Conseguir un acabado mate o satinado en una pieza impresa en 3D no solo mejora su atractivo visual, sino que también puede alterar sus propiedades, como la resistencia a la abrasión o la capacidad de adherencia para pinturas y recubrimientos posteriores. La elección de la técnica dependerá del material de la pieza, el nivel de acabado deseado y el presupuesto disponible.

Lijado

El lijado es una de las técnicas más comunes y accesibles para el postprocesado de piezas 3D. Comenzar con un grano grueso (por ejemplo, 150-220) para eliminar las imperfecciones más notables y luego progresar gradualmente a granos más finos (hasta 600-1200) es crucial para evitar arañazos profundos. La paciencia es fundamental en este proceso.

Una técnica eficaz implica lijar en direcciones diferentes con cada grano. Esto asegura una eliminación uniforme del material y ayuda a ocultar las líneas de capa. Para piezas complejas, utilizar lijas de diferentes formas, como conos o tiras, puede facilitar el acceso a áreas difíciles.

Sin embargo, el lijado puede ser un proceso laborioso y es importante usar un sistema de ventilación o mascarilla para evitar la inhalación de polvo. El material de la pieza también influirá en el resultado; materiales más blandos requerirán más cuidado para no deformar la forma original.

Pulido Químico

El pulido químico, también conocido como vapor smoothing (suavizado con vapor), es una técnica particularmente efectiva para piezas de PLA y ABS. Se basa en la exposición de la pieza a un vapor de un disolvente específico, que derrite ligeramente la superficie y la homogeneiza. Este proceso elimina las líneas de capa y produce un acabado brillante que puede luego ser mateado.

La seguridad es primordial en el pulido químico. El acetona o el metanol, los disolventes más utilizados, son inflamables y tóxicos. Es imprescindible realizar este proceso en un área bien ventilada, lejos de fuentes de ignición y utilizando equipo de protección adecuado, como guantes y gafas.

El control de la temperatura y la duración del tratamiento es vital para evitar la deformación de la pieza. Experimentar con diferentes tiempos y concentraciones de vapor permitirá encontrar el punto óptimo para cada material y diseño.

Recubrimientos y Pinturas

Aplicar un recubrimiento o pintura es una forma versátil de lograr un acabado mate o satinado. La elección del producto dependerá del material de la pieza, la resistencia al desgaste requerida y el nivel de acabado deseado. Utilizar una imprimación antes de la capa final ayuda a mejorar la adherencia y a uniformizar la superficie.

Las pinturas en aerosol son una opción popular y económica, pero requieren habilidad para evitar goteos y asegurar una cobertura uniforme. El uso de múltiples capas finas es preferible a una sola capa gruesa. La aplicación puede realizarse tanto en interiores como en exteriores, siempre y cuando se sigan las precauciones de seguridad del fabricante.

Además de las pinturas convencionales, existen recubrimientos especiales diseñados para la impresión 3D que ofrecen una excelente adherencia y durabilidad. Estos recubrimientos pueden ser aplicados con brocha, pistola o incluso mediante inmersión, según las instrucciones del producto.

Granallado

El granallado es un proceso que utiliza partículas abrasivas, impulsadas por aire comprimido, para limpiar y pulir la superficie de la pieza. Este método proporciona un acabado uniforme y es adecuado para una amplia variedad de materiales, incluyendo metales, plásticos y cerámicas. Se puede ajustar la presión y el tipo de abrasivo para obtener diferentes niveles de acabado.

El granallado es particularmente útil para eliminar el exceso de material de soportes y para preparar la superficie para recubrimientos posteriores. Sin embargo, es posible que no sea adecuado para piezas con geometrías muy delicadas, ya que la fuerza del impacto podría dañarlas.

Es fundamental utilizar un equipo de protección adecuado, como un traje de protección, guantes y una máscara respiratoria, ya que el polvo generado durante el granallado puede ser perjudicial para la salud.

Uso de Selladores y Barnices

Los selladores y barnices son recubrimientos transparentes que se aplican a la superficie de la pieza para protegerla y alterar su acabado. Un sellador puede rellenar pequeños poros y preparara la superficie para la pintura, mientras que un barniz proporciona una capa protectora y puede modificar el brillo.

Existen barnices con diferentes niveles de brillo, desde mate hasta brillante. La elección del barniz adecuado dependerá del acabado deseado y de la resistencia a la abrasión requerida. Es importante aplicar el barniz en capas finas y uniformes para evitar goteos y asegurar una cobertura completa.

La aplicación de un sellador o barniz puede mejorar significativamente la durabilidad de la pieza y protegerla de la humedad, la suciedad y los rayos UV. Además, puede facilitar su limpieza y mantenimiento.

Conclusión

El postprocesado es una fase esencial para transformar una pieza impresa en 3D de un prototipo funcional en un producto final con un acabado profesional. Conocer y aplicar las técnicas adecuadas, como el lijado, el pulido químico, la aplicación de recubrimientos o el granallado, permite obtener un resultado que cumple con las expectativas estéticas y funcionales del usuario.

La clave para un buen postprocesado reside en la experimentación y en la adaptación de las técnicas al material específico de la pieza y al resultado deseado. Invertir tiempo y esfuerzo en esta etapa no solo mejora la apariencia de la pieza, sino que también puede aumentar su valor y su vida útil.